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miércoles, 1 de octubre de 2008

GOBIERNO DEL DOCTOR SALVADOR ALLENDE GOSSENS (1970-1973)

No fue fácil para Allende conseguir la nominación como candidato de la Unidad Popular (nueva alianza socialista-comunista más otros partidos menores). Pesaban sobre él sus tres derrotas y muchos dentro del Partido no creían en su «vía chilena al socialismo». Pero logró imponerse por sobre los demás precandidatos, principalmente por su importante arrastre de votos y por el decisivo apoyo del Partido Comunista (que apoyaba a Allende más que su propio partido).

Sin embargo, se vio obligado a firmar un pacto de gobierno según el cual, si triunfaba, la administración de Chile sería compartida entre Allende y los partidos de la Unidad Popular, representada por un comité que tendría un integrante de cada colectividad. Esto implicaba una renuncia a sus facultades como presidente de la República, pues no podría actuar sin el apoyo del comité y éste debía decidir por unanimidad.

La campaña presidencial del año 1970 fue dura, pero sin violencia. Las primeras encuestas daban por ganador, con mayoría absoluta, a Jorge Alessandri Rodríguez, candidato de derecha. Pero su campaña se fue deteriorando, principalmente por su avanzada edad. Se le acusó de senil y de sufrir la enfermedad de Parkinson y su propio comando decidió no hacer concentraciones masivas, con la excepción del cierre de campaña, para no mostrar la edad del candidato.


Seguros de la victoria de Alessandri, sus partidarios se irritaron de sobremanera cuando, en una entrevista de El Mercurio, se le preguntó al general en jefe del ejército, René Schneider, por la actitud del Ejército si ninguno de los dos candidatos obtenía mayoría absoluta. Schneider señaló que debía responder el Congreso Pleno, según lo establecido en la Constitución, y que el Ejército se apegaría totalmente a los postulados de la carta fundamental (ésta sería la base de la «doctrina Schneider»). Los alessandristas se irritaron porque la tradición era elegir presidente a quien sacase mayoría relativa.

El candidato del Partido Demócrata Cristiano, Radomiro Tomic, tenía un pensamiento orientado hacia la izquierda, lo que, en 1964, le enajenó los votantes de centro derecha que dieron la victoria a Frei.

Estados Unidos, en tanto, no le dio apoyo decidido a ningún candidato contrario a Allende, principalmente porque sus propias encuestas mostraban a Alessandri como triunfador. Aunque derivaron algunos fondos a Alessandri, por medio de la compañía ITT (International Telephone & Telegraph) (alrededor de 350.000 dólares), tal financiamiento no se compara con el que se le dio durante la campaña de Frei, cuando además existió asistencia electoral.

La CIA afirmó que la campaña de Allende recibió $350,000 de Cuba, en tanto que ésta gastó de $800,000 a $1,000,000 para manipular el resultado de las elecciones. De acuerdo a publicaciones recientes, Allende realizó un pedido personal de dinero a la Unión Soviética a través de su contacto personal, el oficial de la KGB Svyatoslav Kuznetsov, quien urgentemente viajó a Chile desde México para ayudar a Allende. Según estas publicaciones, la partida original de dinero para las elecciones a través de la KGB fue de $400,000 y un subsidio personal adicional de $50,000 directo para Allende. Luego de las elecciones, el director de la KGB, Yuri Andropov, obtuvo un permiso de dinero adicional y otros recursos del Comité Central del PCUS para asegurar la victoria de Allende en el Congreso. En su pedido el 24 de octubre, declaró que la KGB "llevará adelante medidas destinadas a promover la consolidación de la victoria de Allende y su elección al puesto de Presidente del país".

El 4 de septiembre, se celebró la elección presidencial en un clima de orden y tranquilidad y, pasada la medianoche, se supo el resultado de los comicios: Allende: 36,6%, Alessandri: 34,9%, Tomic: 27,8%. La confianza de los alessandristas se convirtió en miedo a un gobierno socialista, mientras los allendistas e incluso varios democratacristianos salían a la calle a expresar su alegría.

En Washington, Richard Nixon ordenó evitar que Allende asumiera la presidencia. La CIA organizó dos planes para detener la elección de Allende en el Congreso pleno (el Congreso debía dirimir entre las dos más altas mayorías el día 24 de octubre), los que serían conocidos como el Track One y el Track Two:

  • El Track One consistía en que el Congreso eligiese a Alessandri: éste renunciaría y se llamaría a nuevas elecciones en que la derecha apoyaría a Eduardo Frei. El plan es conocido también como «gambito Frei». El plan, sin embargo, no funcionó. La DC y la UP llegaron a un entendimiento tras el triunfo de Allende y se reveló la existencia de un pacto secreto entre los dos candidatos de izquierda (Tomic y Allende) en el que cada uno reconocía la victoria del otro si la diferencia era mayor a los 5.000 votos y, la de Alessandri sólo si éste los superaba a ambos por más de 100.000 votos. Finalmente, la Democracia Cristiana exigió para su apoyo en el Congreso un estatuto de garantías constitucionales que asegurarían que Allende no se saldría de la constitución. El Track One fracasó, quedando entonces el Track Two
  • El Track Two consistía en crear un clima de inestabilidad política, para que las Fuerzas Armadas intervinieran y anularan la elección. Se encargó su ejecución al general Roberto Viaux, cuyo plan era secuestrar al comandante en jefe del Ejército, general René Schneider, ocultarlo y provocar la situación de inestabilidad. El 22 de octubre se ejecutó el plan, pero, al intentar defenderse, el general fue baleado por sus asaltantes, quienes huyeron al instante. Su chofer lo llevó al Hospital Militar donde falleció el día 25 de octubre.

El día anterior, el 24 de octubre, a las 10:39 h, se inició la votación del Congreso, dirigido por el presidente del Senado, Tomás Pablo. Sufragaron 195 parlamentarios. Al finalizar el recuento, el secretario de la Cámara, Pelagio Figueroa; anunció: Salvador Allende Gossens, 153 votos; Jorge Alessandri Rodríguez, 35 votos; en blanco, 7 votos.

El 3 de noviembre, Allende asumió la presidencia en el Congreso Nacional. Después se dirigió a la catedral para asistir al Te Deum ecuménico celebrado por todas las iglesias de Chile.

Estampilla conmemorativa emitida por la República Democrática Alemana.

La cabeza económica del gobierno fue Pedro Vuskovic, que llevaría a cabo el plan de transición del capitalismo al socialismo. El plan de la Unidad Popular para llegar al «socialismo a la chilena» consistía en los siguientes puntos
  • Estatización de las áreas «claves» de la economía.
  • Nacionalización de la Gran Minería del Cobre.
  • Aceleración de la reforma agraria.
  • Congelamiento de los precios de las mercancías.
  • Aumento de los salarios de todos los trabajadores, pagándolos con emisión de billetes.
  • Modificación (con un clima de euforia económica) de la constitución y creación de una cámara única.

Estas acciones combinaban políticas económicas socialistas (estatizaciones) con otras que se enfocaban a obtener una rápida reactivación económica tras una drástica redistribución de la riqueza. La estatización de las empresas se llevó a cabo con el uso de ciertos resquicios legales (el Decreto Ley Nº 520, de 1932), que databan de la República Socialista y que cayeron en el olvido, aunque mantenian su valor legal. El proceso consistía en que cuando alguna empresa considerada clave de la economía detenía la producción, el Estado la podía intervenir para que volviera a producir. El sistema fue juzgado ilegal por la oposición, pero fue sancionado como legal por la Contraloría General de la República.

También se utilizaba el sistema de compras de acciones a través de la CORFO (Corporación de fomento de la producción) cuando la empresa era una sociedad anónima.

La nacionalización de la minería se llevó a cabo en cambio con el apoyo unánime de todos los sectores políticos, siendo aprobada su Ley (N° 17.450 promulgada el 15 de julio) por unanimidad en el Congreso Nacional. A las empresas mineras se les pagaría una indemnización, pero restándole las «utilidades excesivas» que habrían obtenido durante los últimos años, gracias a los bajos (o nulos) impuestos que pagaban, según de una rentabilidad "razonable" del 10% a partir de 1955. Por este sistema, las empresas Anaconda y Kennecott no recibieron un solo peso, y terminaron debiéndole al estado chileno cifras millonarias. En un discurso durante su visita a Nueva York en 1972 en el marco de una reunión ante las Naciones Unidas, Allende respaldaba la

Nacionalización del Cobre argumentando que las empresas mineras norteamericanas Kennecott y Anaconda habían obtenido ganancias cercanas a los 4 mil millones de dólares en las últimas décadas.

Estas acciones del gobierno de Allende motivarían a Richard Nixon y su secretario de Estado, Henry Kissinger, a promover un boicot contra el gobierno de Allende mediante la negación de créditos externos y la petición de un embargo al cobre chileno.

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Para profundizar la reforma agraria, se siguió utilizando la ley de reforma agraria de Eduardo Frei, que tenía varios vacíos legales que la Unidad Popular aprovechó, propiciando la «toma de tierras» por los campesinos, haciendo que la CORA (Corporación de la Reforma Agraria) expropiara los fondos. A finales del año 1971, se llevó a cabo la expropiación de más de dos millones de hectáreas. Estas tomas empezaron a adquirir ribetes más y más violentos por los enfrentamientos entre terratenientes y campesinos. El primer muerto fue Rolando Matus, pequeño agricultor que murió a balazos cuando defendía una propiedad mínima en el sur de Chile contra quienes intentaban ocuparla por la fuerza. La derecha lo convirtió en un mártir,

bautizando con su nombre a una de las brigadas de choque.

La congelación de precios y el aumento de sueldos debieron provocar inflación, pero en Chile un 20% de la capacidad productiva estaba ociosa y, antes de subir los precios, los comerciantes aprovecharon esa capacidad, generando crecimiento económico. Además, en el pensamiento de los economistas de la Unidad Popular, las emisiones de dinero tenían un lapso de tiempo durante el cual no producían inflación, al menos momentáneamente. Y funcionó, al menos el primer año, en que se dobló el dinero, la inflación fue baja y el Producto Interno Bruto creció un 8%.

También ayudó a la promoción de la UP que el poeta nacional Pablo Neruda, militante comunista, obtuviera el Premio Nobel de Literatura ese mismo año. Con este clima, la Unidad Popular alcanzó un 49,731% de los votos en las elecciones municipales.

Al finalizar el año 1971, aparecerían los primeros problemas economicos. El déficit presupuestario creció a un ritmo acelerado, del 3,5 % del PGB en 1970 paso a 9,8 en 1971; la política monetaria se descontrola al crecer en un 124% el crédito del sector público; cae el nivel de reservas internacionales de 394 millones de dólares (1970) a 163 (1971), por lo que el gobierno de la Unidad Popular suspende el servicio de la deuda externa; la balanza comercial paso de un

superávit de 95 millones al iniciar el gobierno a un déficit de 90 millones, tras la abrupta caída del precio del cobre; a causa del incremento de los salarios reales y los controles de precio, se produjo una contracción de las utilidades corporativas; aparecen las primeras señales de desabastecimiento en el segundo trimestre de 1971, que concluyo con la aparición de un floreciente mercado negro.

A finales de ese año, Fidel Castro visitó Chile por tres semanas. Recorrió todo el país, lo que molestó a los opositores a la Unidad Popular. Es también en esa fecha que se empiezan a ver los primeros síntomas del desabastecimiento, en especial de azúcar.En privado, el líder revolucionario cubano manifestó su escepticismo ante la vía pacífica de Allende. El 2 de diciembre de 1971, un informe secreto de la CIA despachado a Washington reveló las recomendaciones privadas de Castro a los líderes de la UP. Según el documento, Fidel dijo: "Existen muy pocas

posibilidades de construir un Estado marxista en Chile si no se usa la violencia".

Miles de mujeres opositoras salieron a las calles a protestar haciendo sonar cacerolas vacías en reclamo por la falta de alimentos. En dicho momento, Fidel Castro se dio el tiempo para recorrer en auto la zona oriente de Santiago, pues quería ver a las mujeres que protestaban con sus propios ojos. Según un ex funcionario de la Cancillería Chilena, Fidel Castro quedó muy impresionado y en la recepción posterior instó a Allende a reprimir con mano dura la manifestación. El aludido le respondió con sequedad: "Aquí yo soy el Presidente". Pese a ello, Fidel Castro recomendó que las mujeres de la UP salieran a las calles a contrarrestar las

manifestaciones y dictaminó que "la UP no debía preocuparse por la posibilidad de muertos y heridos, ya que la confrontación es el verdadero camino hacia la revolución". Éstos serían los primeros «cacerolazos».

En el acto de despedida del Estadio Nacional, el comandante cubano, dijo que él y su comitiva "no veníamos a aprender cosas caducas en la historia... ya aprendimos bastante de las libertades burguesas y capitalistas". Agregó: "No estamos completamente seguros que en este singular proceso el pueblo chileno haya estado aprendiendo más rápidamente que los reaccionarios". Al despedirse, en el Estadio Nacional, dijo: «Regreso a Cuba más revolucionario, radical y extremista de lo que vine».


Polarización de la sociedad chilena


La Democracia Cristiana, por el programa de Radomiro Tomic, tuvo un acercamiento inicial con la Unidad Popular; pero se alejó a causa del asesinato del ex ministro de Frei, Edmundo Pérez Zujovic, por el grupo VOP (Vanguardia Organizada del Pueblo), de tendencia ultra izquierdista, en junio de 1971. A esto se sumó su baja en las elecciones, y los ataques en su contra de la prensa oficialista.

La Democracia Cristiana se acercó entonces al Partido Nacional, de derecha, el cual había sido muy crítico del gobierno de Frei Montalva. Su primera acción conjunta se dio en la elección complementaria de un diputado en Valparaíso, en la que el candidato de la DC (Oscar Marín) ganó con el apoyo del PN. No obstante, la alianza no se consolidó de inmediato, puesto que la DC se negó a apoyar la acusación constitucional del PN contra el ministro de Economía, por el

traspaso de empresas privadas al estado de manera, que ellos consideraban, ilegal.

Tras tres intentos fallidos de acusaciones, los partidos de oposición se entendieron para realizar una acusación constitucional contra el ministro del Interior, José Tohá, por su responsabilidad en los hechos de violencia. Acusaciones parecidas había planteado el PN contra los ministros, pero la DC se había negado a seguirlos hasta entonces.

Allende removió a Tohá del Ministerio del Interior, pero lo colocó inmediatamente en la cartera de Defensa, en un acto considerado por la oposición como una provocación hacia el Congreso, aunque legalmente inobjetable. La alianza DC-PN se consolidó con las elecciones

complementarias de diputado en Linares y de senador en las Provincias de O’Higgins y Colchagua de enero de 1972. En la primera circunscripción, la DC apoyo al derechista Sergio Diez, mientras que en la senaduría el PN apoyó al democratacristiano Rafael Moreno.

Marcha a favor de Allende

En el aspecto legal, la DC y el PN aprobaron una reforma constitucional (Proyecto Hamilton-Fuentealba) que definió las tres áreas clave de la economía y colocó trabas al plan estatizador de la Unidad Popular, dejando sin efecto las estatizaciones y requisaciones efectuadas con anterioridad al filo de la ley. El presidente vetó el proyecto y la insistencia de la cámara por

aprobarlo creó un conflicto político.

En aquel momento se agudiza la violencia política. El MIR intensifica sus acciones, como por ejemplo las tomas de tierras y fábricas, en las cuales el Gobierno se negó a usar la fuerza policial. En la derecha, por su parte, el grupo ultranacionalista Patria y Libertad, intensificó sus acciones terroristas y de sabotaje. Paralelamente, las manifestaciones a favor o en contra del Gobierno continuaban sucediéndose, llegando a producirse graves enfrentamientos callejeros. Las brigadas de la lucha callejera empezaron a implantar un clima de intolerancia en el país.

La oposición se volvió más fuerte con el apoyo de la prensa opositora, parte de la cual era financiada por la CIA. Los diarios El Mercurio, La Segunda, La Tercera de la Hora, Las Últimas Noticias, La Prensa, La Tarde y La Tribuna atacaron sin cesar al Gobierno. La prensa oficialista también participó de este ambiente de enfrentamiento y descalificación. Destacan en la lista La Nación, Las Noticias de Última Hora, El Siglo, El Clarín y Puro Chile.

Los medios opositores y los gremios empresariales levantaron como bandera de su lucha a la Papelera, empresa proveedora y distribuidora de papel. Con su estatización, la oposición temía que el Gobierno podría controlar la prensa opositora y callar sus demandas. Aquí se trataba de un intento de ahogo financiero para estatizarla, pues los trabajadores de la Papelera se negaban a entrar en el área social de la economía como quería el gobierno.


La economía habia dejado de crecer. El incremento de las remuneraciones del sector público, la expansión de los subsidios a las empresas publicas y el deterioro de la recaudación tributaria, no adaptada a un ambiente inflacionario, generan un creciente déficit público de magnitud impresionante. Todo este gasto se financió mediante emisiones monetarias inorganicas del Banco Central. El resultado fue un incremento de la cantidad total de dinero circulante de 173% en 1972 a 413% en 1973. El crecimiento del país llegó a ser de -1,21% en 1972 y un -5,57 en 1973] la inflacion llego el 1972 a un 225% y en 1973 a un 606%, el más alto en la historia de Chile, cayeron los salarios reales un -11,3 en 1972 y un -38,6% en 1973, el déficit llegó al 25% del PGB (Producto General Bruto) y la deuda externa aumentó a 253 millones de dólares.

La fijación oficial de precios trajo consigo el «mercado negro», donde se vendían los productos a precios multiplicados. El mercado negro y el estancamiento económico causaron la desaparición de productos básicos de consumo en almacenes y supermercados, provocando largas colas de gente para obtener sus mercancías.

Para enfrentar el desabastecimiento, el Gobierno creó las JAP (Juntas de Abastecimiento y Precios), que serían otro factor de discordia entre «los momios» (descalificativo aplicado a los miembros de la derecha) y «los upelientos» (descalificativos aplicado a los que apoyaban el Gobierno), pues se acusó a las JAP de favorecer a los negocios gubernistas y perjudicar a los

independientes u opositores.



El Paro de Octubre

La grave situación económica y el temor de ser estatizados llevaron a la Agrupación de Dueños de Camiones liderados por León Vilarín, con el apoyo de otros gremios, a realizar un paro nacional en octubre, agravándose aún más los problemas de distribución. El paro conto con el apoyo monetario de la CIA, que conspiraba para hacer caer el gobierno de Allende, entregando también recursos a diarios opositores, principalmente a El Mercurio.[47] La oposición y otros ggremios profesionales se plegaron a la movilización, adhiriéndose ingenieros, abogados, odontólogos, médicos, profesores, estudiantes y muchos más, quedando el país virtualmente paralizado.

Los camioneros enviaron sus demandas en lo que se conoció como el «pliego de Chile», donde se exigía el fin de las clausuras radiales, la banca única, el ahogamiento de la Papelera y otras peticiones similares.

El paro solo se detuvo con el ingreso de miembros de las Fuerzas Armadas a los Ministerios: el comandante en jefe del ejército, Carlos Prats, en Interior; el contralmirante Ismael Huerta en Obras Públicas, y el general de Brigada Claudio Sepúlveda en Minería. Este gabinete duró hasta las elecciones parlamentarias de marzo de 1973.

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