El Supremo Gobierno resuelve agilizar la campaña en el Teatro de la Guerra. Pero resultaba imprescindible conquistar primero el dominio del mar, para poder posteriormente iniciar las operaciones terrestres con el apoyo logístico asegurado.
El 20 de septiembre la Escuadra se desplaza al norte escoltando un importante convoy con tropas a Antofagasta. Una vez en Mejillones, el Capitán de Navío Galvarino Riveros Cárdenas reorganiza la Escuadra en la siguiente forma:
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El 1 de octubre, el Comandante en Jefe citó a sus Comandantes a un Consejo en el que se decidió ir a la caza del monitor "Huáscar" a Arica. Pero nuevamente quiso el destino que en la misma fecha el monitor decidiera zarpar a una incursión en el litoral chileno hasta Coquimbo, junto con la corbeta "Unión". Por segunda vez en la guerra, ambas fuerzas se cruzan de vuelta encontrada en alta mar, sin avistarse.
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De regreso en Mejillones, el día 7 de octubre se reúnen los Comandantes en el buque insignia y se establecen dos posibilidades al enemigo: a) Regresar directamente a Arica vía oceánica. b) Regresar a Arica recalando previamente en Antofagasta para atacar las naves chilenas que se encontraren en la bahía.
Se decidió tenderle una celada a los buques peruanos. La División al mando del Comandante Galvarino Riveros Cárdenas lo esperaría a la entrada de Antofagasta, mientras que los buques de la División del Comandante Juan José Latorre Benavente, establecerían una barrera perpendicular a la costa, más al norte y hasta 20 millas de tierra.
Si el Comandante Riveros Cárdenas lo avistaba debía seguirlo, evitando su retirada hacia el sur hasta que el Comandante Juan José Latorre Benavente entrara en acción.
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