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domingo, 28 de septiembre de 2008

GOBIERNO DE DON DOMINGO SANTA MARIA



Domingo Santa María ocupa un lugar sobresaliente entre los presidentes de nuestra historia republicana. Nació en Santiago en 1825 en el seno de un hogar encabezado por su padre Luis José de Santa María, profesor del Instituto Nacional. Desde muy joven, la modestia de sus recursos lo llevaron a trabajar como profesor de Geografía, Historia y Aritmética, mientras concluía sus estudios de leyes en la Universidad de Chile. Apenas se recibió de abogado, comenzó una activa participación en la vida política destacando por su inteligencia y personalidad, siendo designado -con sólo 23 años de edad- intendente de la provincia de Colchagua.

En la década de 1850 Santa María definió su posición en el nuevo orden político que comenzó a configurarse, adscribiendo a las filas del liberalismo. Se integró a la Sociedad de la Igualdad y apoyó las acciones revolucionarias contra Manuel Montt, decisión que lo llevó a autoexiliarse en Lima en 1851. Dos años después regresó a Chile y trabajó como abogado, logrando en esta época un status intelectual como miembro de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile. En 1859, y debido a su participación en los sucesos revolucionarios de ese año, partió al exilio a Europa.

Favorecido por la ley de amnistía, regresó a Chile en 1862, y obtuvo un trabajo como fiscal interino de la Corte Suprema. Inmediatamente retomó sus actividades políticas apoyando la fusión liberal-conservadora que sostuvo al gobierno de José Joaquín Pérez, quien un año después lo integró al gabinete, asumiendo en la cartera de Hacienda. Es el comienzo definitivo de una carrera política que lo tuvo en las décadas siguientes ocupando los más altos cargos de la administración de la Nación: diputado y senador, consejero y ministro de Estado. El corolario de este meteórico ascenso al poder fue, tras una destacada gestión en el gabinete de Aníbal Pinto, su triunfo en las elecciones presidenciales de agosto de 1881.

Al asumir la Presidencia de la República Domingo Santa María debió enfrentar desafíos cuya resolución definieron en gran medida el futuro de Chile. En el ámbito internacional culminó con éxito la Guerra de Pacífico, celebrando el Tratado de Ancón con Perú y un Tratado de Tregua con Bolivia, donde se reconocía a Chile la soberanía sobre ricos territorios mineros. En relación a la política económica, cedió la riqueza salitrera al capital inglés, sin embargo, reservó para el país grandes ingresos por impuestos de exportación. Respecto de la política interna, realizó parte del anhelado ideario liberal de secularizar la sociedad promulgando las llamadas leyes laicas sobre cementerios, matrimonio y registro civil; al mismo tiempo, aplastó a la oposición conservadora con un permanente intervencionismo electoral. Por último, llevó a cabo la ocupación definitiva de la Araucanía. Santa María cerró su mandato entregando la presidencia de la nación a su “hijo político” José Manuel Balmaceda; empero, no sería testigo de su trágico fin porque falleció en Santiago en 1889.

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