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domingo, 28 de septiembre de 2008

La campaña de Lima (1880)

Los primeros días de noviembre salió de Arica la primera división del ejército chileno. José Francisco Vergara, sucesor de Rafael Sotomayor, se encargó de preparar las fuerzas chilenas que entrarían a la capital peruana.

El gobierno del Presidente Aníbal Pinto se sentía satisfecho con los logros alcanzados hasta ese momento, tras la conquista de territorios peruanos que comprendían la región de Tarapacá, Tacna y Arica. Sin embargo, presionado por el Congreso y los partidos políticos, Pinto decidió iniciar la campaña de Lima. Es así como en los primeros días de noviembre salió de Arica la primera división del ejército chileno.

José Francisco Vergara, sucesor de Rafael Sotomayor, se encargó de preparar las fuerzas chilenas que entrarían a la capital peruana.


Batalla de Miraflores (15 de enero de 1881)

Chile había perdido a muchos hombres durante esta guerra y Baquedano no estaba dispuesto a seguir. Por lo mismo, envió al estadista Isidoro Errázuriz, secretario del ministro Vergara, para ofrecerle la paz a Piérola. Sin embargo, esto no dio resultado y Piérola, que ya había preparado a sus hombres, atacó al ejército chileno. La contienda fue desigual, ya que Chile solo contaba con cuatro mil hombres, mientras que los peruanos atacaron con quince mil.

El general Pedro Lagos se dio el tiempo para que llegaran más fuerzas al ataque, hasta que por fin logró dar un duro golpe al ala derecha del enemigo. Finalmente, el ejército chileno venció a los limeños obligándolos a huir totalmente derrotados.


Batalla de Chorrillos (13 de enero de 1881)

Manuel Baquedano se dirigió al valle de Lurín, a quince kilómetros al sur de Lima, con más de 20 mil hombres, mientras Piérola dirigía a 30 mil, con más de cien cañones, en San Juan, Chorrillos y Miraflores.

Baquedano optó por atacar de frente el campo enemigo, mientras Lynch atacó a 400 metros del enemigo. Sin embargo, no todas las divisiones del ejército estaban presentes apoyando la causa; aunque tardó un poco, la tercera división entró al mando del coronel Arístides Martínez y la segunda hizo lo suyo más tarde. La batalla finalizó con el triunfo absoluto de nuestro país.

El ejército peruano, al mando de Piérola, estaba prácticamente perdido. Solo quedaban unos cinco mil hombres de reserva en Miraflores


Ocupación de Lima y el Callao: 17 de enero


En la ciudad de Lima se encontraba la retaguardia disuelta y los peruanos en retirada de Miraflores, que cometieron asesinatos contra chinos culies y saqueos de comercios de otros chinos. Estos desmanes se debieron a que chinos culíes servían al ejército chileno. Gran número de chinos culies fueron incorporados en Ica y Cañete por Patricio Lynch al ejército de Chile sirviendo de cargadores

En el bloqueo de Iquique en 1879 fueron los chinos culies los que incendiaron y saqueron el puerto peruano contribuyendo en la ofensiva chilena. Los chinos residentes contribuyeron enormemente a la acción ofensiva de las naves, al sublevarse, incendiando y saqueando el resto del puerto de Iquique.

Desde 1849, chinos culies fueron importados de Macao para laborar en condiciones de semi esclavitud en la agricultura costeña del Perú.


Para evitar estos desmanes se conforma la guardia local compuesta por extranjeros que tuvieron por fin resguardar la ciudad y son quienes desarman a los bandoleros que atacaron a los chinos.

Se iniciaban las conversaciones en el cuartel chileno entre el alcalde Rufino Torrico y el general Manuel Baquedano con el fin de acordar la rendición de la ciudad de Lima, bajo al amparo de los cónsules y almirantes extranjeros y así no se repita la destrucción de Chorrillos, Barranco y Miraflores en la ciudad de Lima. El alcalde firma la rendición. No debería haber combates entre peruanos y chilenos en la ciudad de Lima.

A su regreso a Lima el alcalde encuentra los desmanes que los disueltos peruanos realizaba contra los chinos culies y sus comercios, así que hace de conocimiento al Cuerpo Diplomático extranjero.

"...esos soldados que habían huído ante el enemigo, entraron a la capital a incendiar, a robar y a asesinar en sus hogares a los más laboriosos e indefensos de sus confiados huéspedes."
Relato del ciudadano colombiano Vicente Holguín

Se conforma la guardia urbana extranjera quienes restauran el orden en Lima y hacen posible el ingreso ordenado del ejército chileno en la ciudad de Lima. Por la acción de la Guardia Urbana Extranjera, las Señoras de Lima condecoran a sus integrantes con una medalla. A pedido del Honorable Cuerpo Diplomático extranjero, el alcalde envía esta carta a Baquedano.

Municipalidad y Alcaldía de Lima

Lima, Enero 17 de 1881
Señor General
A mí llegada ayer a esta capital, encontré que gran parte de las tropas se habían disuelto, y que había un gran número de dispersos que conservaban sus armas, las que no había sido posible recoger. La guardia urbana no estaba organizada todavía y no se ha organizado ni armado hasta este momento; la consecuencia, pues, ha sido que en la noche los soldados, desmoralizados y armados, han atacado las propiedades y vidas de gran número de ciudadanos, causando pérdidas sensibles con motivo de los incendios y robos consumados.
En estas condiciones, creo de mi deber hacerlo presente a V. E. para que, apreciando la situación, se digne disponer lo que juzgue conveniente.
He tenido el honor de hacer presente al Honorable Cuerpo Diplomático, esto mismo, y ha sido de opinión que lo comunique a V. E. como lo verifico.
Con la expresión de la más alta consideración, me suscribo de V. E. su atento y seguro servidor.
R. Torrico

Al señor General en Jefe del Ejército chileno.- Miraflores

Los buques extranjeros anclados en el puerto del Callao, las casas de extranjeros, las viviendas consulares, los locales consulares, en fin todo aquel lugar que se consideraba neutral en la guerra ya estaban llenos de peruanos refugiados ante los sucesos en Miraflores. Interviene el almirante francés Petit Thouars quien advierte intervenir como fuerza a favor del Perú si la ciudad de Lima es destruida.

La intervención europea en el conflicto se materializaría en la resolución llamada Memorandum de Tallenay firmado por los representantes de Francia, Gran Bretaña e Italia

Al anochecer del 17 de enero de 1881 Lima es ocupada por fuerzas chilenas de avanzada. Al dia siguiente, Baquedano entra a la capital peruana con el grueso del ejercito, en completo orden y disciplina. La ciudad es ocupada metódicamente, estableciéndose las fuerzas en los cuarteles de Lima y Callao (Barbones, Real Felipe y otros), en edificios públicos y otros privados. El coronel Pedro Lagos eligió como cuartel de su batallón el palacio de la Biblioteca de Lima.

"Me olvidaba decirle que los chilenos entraron el martes - al día siguiente que los desórdenes se aplacaron -, en perfecto orden, constituyendo un gran espectáculo. Primero venían los 30 cañones Krupp con todas sus cureñas y servidores de las piezas, seguidos de dos regimientos de infantería y, finalmente tres regimientos de espléndida caballería."



El 22 de febrero de 1881 un grupo de notables elige al peruano Francisco García Calderón como Presidente Provisional en el pueblo de Magdalena que queda como territorio libre y fuera de la autoridad militar chilena. Entre los electores se encontraban Mariano Paz Soldán y Aurelio Denegri. Finalmente, García Calderón es enviado prisionero a Chile al resistirse a firmar un tratado con desmembración territorial. Luego regresaría al país para encargarse del rectorado de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, hasta su muerte.

El gobierno de Chile designó a Patricio Lynch como jefe militar de la ocupación hasta la firma del Tratado de Ancón. Lynch, marino y jefe militar, dirige la ocupación chilena desde 1881 hasta 1884 en Lima.

El 10 de marzo de 1881, la tropa de Chile empieza a ocupar los recintos culturales como el Colegio San Carlos, la Escuela de Minas, la Escuela de Medicina, el Museo Raimondi, la Biblioteca de Lima (que poseía una cifra estimada de unos 35 mil a 50 mil volúmenes) y la Universidad de San Marcos, lugares de los cuales se incautan objetos y bienes científicos o culturales, tales como instrumentos, herramientas, mobiliario y libros con el fin de ser llevados a Chile, vía marítima. A éste último arribaron, en dos envíos de la Intendencia General del Ejército, un total de 103 grandes cajones y otros 80 bultos, que fueron hechos llegar a la Universidad de Chile, siendo recibidos y catalogados por Ignacio Domeyko y Diego Barros Arana; en agosto de 1881 se publicó el inventario realizado, bajo el título "Lista de libros traídos de Perú", en el Diario Oficial. Varios textos de la biblioteca se extraviaron, en el trayecto hacia Chile, porque la prioridad era el armamento, quedando un buen número en manos de privados.

El gobierno del Perú protestó ante organismos internacionales sobre el incendio y saqueo de Chile a Lima. Las familias más ricas de Lima pagaron cupos de guerra a los chilenos para salvaguardar sus propiedades.

Luego de la guerra, Ricardo Palma informó en 1884 que quedaban poco más de 700 libros en la biblioteca y empezó a recolectar, de casa en casa y casi en solitario y personalmente, los que se hallaban en Lima en poder de particulares. Posteriormente, el mismo año solicitó a Chile la devolución del material requisado, el cual tuvo eco en Santiago y, por orden del presidente Domingo Santa María, recibió la devolución de 10.000 libros para la Biblioteca Nacional de Lima. De todos modos, algunos libros peruanos permanecieron en Chile mucho después y los gobiernos de ambos países iniciaron conversaciones para su devolución. El 5 de noviembre de 2007, tras una investigación histórica, bibliográfica y de sus catálogos, la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos de Chile, procedió a la devolución de 3.788 libros originalmente de propiedad de la Biblioteca de Lima, por los sellos y rúbricas que estos poseen, y que se encontraban en la Biblioteca Nacional de Chile y en la Biblioteca Santiago Severín de Valparaíso.

El 24 de marzo de 2008, el gobierno de Chile anunció también la devolución de 77 volúmenes y 32 manuscitos que fueron requisados durante la ocupación y que pertenecían al archivo de ministerios y del ejército del Perú.

Leyendas han difundido el rumor que estatuas ubicadas en el Cerro Santa Lucia, en la Plaza de la Victoria en Valparaíso y en otros lugares habrían sido llevadas a Chile desde el Perú. Sin embargo ellas son absolutamente infundadas, por cuanto las esculturas en el Cerro Santa Lucía datan de su remoledación en 1872, a iniciativa del Intendente de Santiago Benjamín Vicuña Mackenna, y las ubicadas en la plaza de la Victoria de Valparaíso fueron encargadas por el intendente Francisco Echaurren a Francia en 1875.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Chile siempre va a poder contra el peru

chile lo mejor
peru lo peor

jajaja

JULFIDECES dijo...

Hay algunos desaciertos en el relato. Sólo se acusa a soldados peruanos renegados y chinos culíes de los desmanes en la capital peruana. Sin el almirante Petit Thours se vio en la obligación de intervenir para salvaguardar Lima, esto debió ser porque el ejercito chileno no hizo tan ordenado y disciplinado ingreso en la ciudad. Hay fotos hasta de soldados chilenos en burdeles del Callao. Fotos de los incendios en Chorillos, Miraflores, San Juan, etc.

¿Cuál es la gloria entonces del vencedor? es increíble como dos pueblos hermanos llevados por la codicia (y he dicho ambos) acabaron en una locura de sangre y odio que por lo que leo en el comentario anterior y la exaltación "patriótica" de este relato aún perduran.

Vivo en España ahora, y jamás he visto odio semejante, ni entre franceses y alemanes, o ingleses, o españoles; pese a que estos han tenido más conflictos que nosotros, y aún, más recientes digamos, como la segunda guerra munbdial por ejemplo.

Ojalá un día se haga una justicia histórica de os hechos, perdonarnos mutuamente y caminar como alguna vez sé que se soñó, como los dos ojos del Pacífico Sur.


Atte.

Julio Figueroa (natural de Lima Perú)

(es bueno poner nombre y apellido)

Anónimo dijo...

Interesante; no sabia mucho de las acciones de los culies en la guerra.

Concuerdo con el comentario anterior respecto al odio entre hermanos; en efecto esta fue una guerra entre hermanos que solo hacia 15 anios antes habian combatido juntos una vez por la libertad.

Esta guerra fue cocinada por otras personas en otros tiempos. Que Dios nos libre de que se repita.