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martes, 13 de julio de 2010

Casimiro Marcó del Pont


Francisco Casimiro Marcó del Pont Ángel Díaz y Méndez (Vigo, España; 1770 - † Luján, Argentina; 1819), hijo de Buenaventura Marcó del Pont y Juana Ángel y Méndez, fue un militar español y gobernador de la Corona Española en Chile. Es una de las figuras fundamentales de la Independencia de Chile dado que fue el último español en presidir el gobierno colonial de Chile con el título de Gobernador entre 1815 y 1817, cuando fue depuesto por las fuerzas patriotas que ingresaron a Santiago luego de la Batalla de Chacabuco.

Desde muy joven inició una brillante carrera militar el Regimiento de Infantería de Zaragoza. Siendo muy joven, y antes de cumplir los 30 años, ya había ascendido al grado de mariscal de campo. Se destacó en la guerra de independencia de España, es decir, la que este país sostuvo contra la invasión napoleónica a partir de 1808

La mayoría de los cronistas patriotas de la época retrataron a Marcó del Pont como un hombre "fino y perfumado", tal era un eufemismo para calificarlo, en tono burlesco, como afeminado. Lo cierto es que mucho de ello tiene que ver con la personalización de todo lo que los criollos detestaban de los conquistadores españoles en la figura de Marcó del Pont, sesgo que desfiguró la imagen del gobernador quien en efecto era un hombre refinado y muy educado, pero no por ello menos aguerrido, valor que dejó en evidencia en la precocidad de su carrera militar, y la fama que ganó con su participación en la Guerra de la Independencia Española y que fue reconocido por personajes de la talla de José de San Martín.dicha fama de afeminado se le fue otorgada cuando fue descubierto leyendo cartas de amor pertenecientes de un conde español


A Marcó del Pont, que era un hombre fino, de los mejor educados y de excelente tronco, algo raro entonces, le dieron fama de afeminado, simplemente por su limpieza, su elegancia, y el pecado de haber traído ciertos adelantos a una ciudad cuyo estado entonces era indescriptible a causa de su atraso y suciedad. En Santiago no había vidrios, ni letrinas, ni más alumbrado que el de las velas de sebo, sostenidas en pelotas de barro que sacaban a mano de las acequias. El entretenimiento de los niños era la pedrea. Lo que ahora llamamos guate, de W.C., era el zambullo, un canco hediondo que sacaban de las casas y cantinas una vez al mes. En otras partes ponían el excusado encima de la acequia en el tercer patio. En la Plaza ocupaban todo un costado los vendedores de ojotas. Las ojotas viejas quedaban en el suelo y servían los domingos para la llamada guerra de ojotas. Con este calzado combatieron los ejércitos patriotas. A esta ciudad trajo el señor Marcó del Pont alguna escupidera, peines, cepillos, jabones finos, y algún carruaje con vidrios, todo lo cual pareció insólito. Le compararon con la Pompadour y le dieron fama de afeminado. Poco cuesta desfigurar a las personas...".

En 1815 Casimiro Marcó del Pont fue nombrado Gobernador de Chile, arribando a Valparaíso a fines del mismo año 1815. La gran cantidad de bagajes que trajo, incluso una calesa, dejaron profundamente impresionados a los santiaguinos de la época, contrastando con la pobreza de la época. Casimiro Marcó del Pont marcó las diferencias con su antecesor desde el principio. Cuando emitía sus comunicados se hacia firmar con todos sus títulos y grados.

-"Don Francisco Casimiro Marcó del Pont Ángel Díaz y Méndez, Caballero de la Orden de Santiago, de la Real y Militar de San Hermenegildo, de la Flor de Lis, Maestrante de la Real de Ronda, Benemérito de la Patria en grado heroico y eminente, mariscal de campo de los reales ejércitos, superior Gobernador y Capitán General, Presidente de la Real Audiencia, Superintendente, Subdelegado del general de la Real Hacienda y del de correos, postas y estafetas y Vice-Patrono Real de este Reino de Chile", -

Generalmente su personalidad- de refinados gustos- y educación ha sido ridiculizada por algunos historiadores atribuyéndole rasgos afeminados. Una vez que asumió el gobierno de la reconquistada colonia de Chile envió varios espías a Cuyo para que recabaran información sobre el Ejército Libertador de los Andes que se formaba en Mendoza y que, a las órdenes del General José de San Martín, cruzaría la cordillera para liberar Chile.

De igual manera durante su gobierno se llevó a cabo una represión brutal a todos los que habían participado en el movimiento independentista. Algunos notables fueron deportados al Archipiélago de Juan Fernández y otros sufrieron las vejaciones y humillaciones del tristemente famoso Regimiento Talaveras de la Reina, comandado por el capitán Vicente San Bruno. Su mandato fue muy resistido por la población debido a la acción represiva, su odiosa gestión administrativa y a la estigmatización de su refinada figura. Manuel Rodríguez, el patriota a cuya cabeza le tenía puesta una recompensa, alguna vez le abrió la puerta de calesa, en la Plaza de Armas, obteniendo una moneda del gobernador.

Su gobierno se extendió precisamente hasta el 12 de febrero de 1817. Luego de la derrota de las fuerzas realistas, comandadas por el general Rafael Maroto, en la Batalla de Chacabuco, el gobernador Marcó del Pont intentó escapar hacia San Antonio para coger un transporte que lo llevaría hacia el Virreinato del Perú.

Siguió el camino costero hasta Punta de Tralca ingresando a la cordillera de la Costa por el sector de El Quisco.

Sin embargo fue interceptado por una avanzada del ejército patriota en la hacienda "Las Tablas", cercana a El Quisco rumbo a Valparaíso. Luego de ser capturado se entrevistó con el General José de San Martín, quien lo remitió a Mendoza y luego a San Luis. Sus días terminaron cuando fue trasladado a "La Estanzuela", una estancia de unas 8.000 hectáreas, en la localidad de Renca, Provincia de San Luis. Donde murió en soledad, el 19 de mayo de 1819, a la edad de 49 años.

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