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domingo, 7 de diciembre de 2008

Virgen del Carmen de Chile

Aqui le comentare de la Patrona de Chile y de su glorioso ejercito
la cual yo personalmente le rindo honores y he sido un devoto de ella
Imagen:Virgen del Carmen.JPG

En el siglo XVI, debido a los esfuerzos de Santa Teresa de Ávila, la doctrina carmelita llega a América. Su imagen es usada como patrona del Ejército Libertador de Argentina y Chile. El 5 de diciembre de 1811 se celebra una misa de acción de gracias por orden de José Miguel Carrera y Bernardo O'Higgins en nombre de la Virgen, mientras que el 5 de enero de 1817 es José de San Martín quien la declara oficialmente "Patrona del Ejército de los Andes, colocando el bastón de mando en la mano derecha de la imagen religiosa. En las vísperas de la batalla de Chacabuco, O'Higgins proclama a la Virgen del Carmen como "Patrona y Generala de las Armas Chilenas".

Ante el inminente desenlace final de la guerra de independencia luego de diversas victorias realistas, cuyas tropas se acercaban a Santiago, se realizan oraciones en la catedral de la ciudad orando por la victoria de las tropas patriotas. Allí, O'Higgins, director supremo del país, promete la construcción de un templo en honor a la Virgen en aquél lugar donde se asegure la independencia de Chile: "En el mismo sitio donde se dé la batalla y se obtenga la victoria, se levantará un Santuario a la Virgen del Carmen, Patrona y Generala de los Ejércitos de Chile, y los cimientos serán colocados por los mismos magistrados que formulen este voto, en el mismo lugar de su misericordia, que será el de su gloria". La victoria patriota en la batalla de Maipú, el 5 de abril de 1818, aseguró la independencia chilena y, cumpliendo con su promesa, O'Higgins ordenó la construcción del Templo Votivo en la actual comuna de Maipú.

Su festividad, el 16 de julio es feriado en el país desde 2007.

La devoción mariana llegó a Chile con los primeros Perea y su grupo de españoles en el siglo XVI. La Armada Española está consagrada a la Virgen del Carmen, y no es de extrañar que la práctica de dicha piedad haya venido con ellos y se haya difundido en tierra americana teniendo especial arraigo en nuestro país. Cuando Don Pedro de Valdivia llegó a Chile en 1540, traía en el arzón de su montura una pequeña imagen española de la Virgen del Socorro, la cual aún es venerada en el altar mayor de la iglesia de San Francisco en Santiago de Chile. Junto con fundar dicha ciudad en 1541, señaló el lugar donde se edificaría la primera iglesia de nuestra nación, que corresponde a la Parroquia del Sagrario. Como muestra de la devoción y espíritu evangelizador que traían los conquistadores, la toma de posesión de muchos lugares en América, así como fundaciones y demarcaciones territoriales se hicieron siempre en nombre de Jesús y la Virgen, siendo bautizadas gran número de ciudades con el patronímico de algún santo o diversas advocaciones de María, como es posible observar a lo largo de nuestro territorio. Igualmente, muchas iglesias y capillas fundadas hasta el siglo XIX llevan títulos marianos, unos traídos desde España (de Monserrat, del Pilar, del Rosario, etc.) y otros nacidos en América, con un fuerte carácter hispánico.

La devoción a María estaba ya asentada en Chile cuando llegaron los monjes Agustinos en 1595 y dieron a conocer la Virgen del Carmen, fundando una cofradía varios años más tarde. La llegada de las primeras monjas carmelitas a Chile a fines del siglo XVII desde Chuquisaca (Bolivia) y la consiguiente fundación de conventos, tuvo un importante papel en el desarrollo y fortalecimiento de la espiritualidad y devoción carmelitana. En la gran mayoría de los hogares existía una imagen de Nuestra Señora y en las haciendas, capillas y parroquias se la veneraba con fervor. Miembros de familias ilustres, muchos de ellos militares, fueron hermanos terceros de la cofradía de la Virgen del Carmen.

En los comienzos de la Independencia, el Ejército Libertador escogió a N. S. del Carmen como Patrona y le juró fidelidad. El 5 de enero de 1817, el Ejército de los Andes y el General José de San Martín se encomendaron a Ella, entregándole este último su bastón de mando como ofrenda. Días después, el 11 de febrero, antes de la Batalla de Chacabuco, Don Bernardo O’Higgins proclamó a la Virgen del Carmen como “Patrona Generalísima de las Armas de Chile”, logrando luego la victoria. Así cuenta al menos la tradición católica, no existiendo documentos históricos que avalen esta versión. La postura de O´Higgins encontra del clero chileno, así como el desprecio que sentía este clero hacia O´Higgins, llamándolo "Huacho Riquelme" en alusión a su calidad de hijo putativo de la Señora Riquelme, al igual que su vinculación con la Masonería en la Logia Lautarina, hacen poco probable que O´Higgins prestara devoción a la Virgen del Carmen.

Mientras las tropas realistas se hallaban en Talcahuano esperando refuerzos, O’Higgins con su gente intentaron recuperar dicha ciudad, pero los resultados no fueron favorables y se volvió con su ejército hacia Santiago, dejando los terrenos yermos y desvastados a su paso a fin de dificultar el avance de las tropas realistas. Viendo que la independencia de Chile peligraba, los habitantes de Santiago se reunieron en la Catedral el 14 de marzo de 1818, junto a las autoridades religiosas e “imploraron la protección del cielo y juntos formularon en el mismo acto el Voto de erigir un templo a Nuestra Señora del Carmen en el lugar en que se decidiese la batalla favorable a la Independencia de Chile” . Por medio de un Decreto Supremo del 7 de mayo del mismo año, O’Higgins oficializó el Voto de los patriotas y suyo propio, así cuenta la tradición católica. Sin embargo tal decreto no existe o aún no ha sido encontrado. El 5 de abril de 1818 se libraba la batalla en los llanos de Maipú, siendo derrotadas las tropas realistas, donde hoy se eleva el Templo Votivo en conmemoración de la victoria obtenida. El primer Templo fue inaugurado en 1892, pero los sucesivos terremotos lo fueron destruyendo y se hizo necesaria la construcción de uno nuevo y definitivo. Éste es el que actualmente se erige en Maipú, frente a las ruinas del antiguo.

Del mismo modo, durante los conflictos con los países vecinos –Confederación Perú-Boliviana, Guerra del Pacífico– Chile acudió siempre a su Patrona y Reina con gran fervor y sus tropas fueron a la batalla llevando devotamente en sus pechos el escapulario del Carmen. Después de la guerra del Pacífico, el 14 de marzo de 1881, el General Manuel Baquedano concurrió ante la imagen del Carmen y colocó su espada victoriosa en sus manos, entre las aclamaciones de una gran multitud. Igualmente, durante la revolución de 1891, Monseñor Ángel Jara (autor de la tradicional oración a la Virgen del Carmen por Chile), convocó a los habitantes de Santiago a postrarse delante de su Patrona e implorar la paz, la cual les fue concedida tiempo después, celebrándose una solemne Acción de Gracias.

Se venera a la Virgen del Carmen como “Patrona de Chile” desde el 24 de octubre de 1923, por decreto vaticano emitido por el Papa Pío XI. En el Breve apostólico se declaró: “a la Bienaventurada Virgen del Monte Carmelo, Patrona Principal de toda la República Chilena, concediéndole todos los privilegios y honores que a los principales Patronos de los lugares por derecho competen” . Durante un acto que se llevó a cabo en la Plaza de Armas, por medio de Monseñor Rafael Edwards, se le hizo juramento nacional de fidelidad. Tres años después, el 19 de diciembre de 1926, en una emotiva ceremonia en el Parque Cousiño a la que asistieron alrededor de medio millón de fieles, y organizada por el obispo Rafael Edwards Salas, Mons. Benedicto Aloisi Masella, legado pontificio, coronó solemnemente a la Virgen como Reina de esta nación.

En 1987, durante la venida del Papa Juan Pablo II a Chile, se realizó la coronación de la imagen de Nuestra Señora del Carmen de Maipú, en la explanada del Templo Votivo y ante una multitud de personas.


¡Oh Virgen Santísima del Carmen!
Llenos de la más tierna confianza, como hijos que acuden al corazón de su madre, nosotros venimos a implorar una vez más los tesoros de misericordia que con tanta solicitud nos habéis siempre dispensado.
Reconocemos humildemente que uno de los mayores beneficios que Dios ha concedido a nuestra Patria, ha sido señalaros a Vos por nuestra especial Abogada, Protectora y Reina.
Por eso a Vos clamamos en nuestros peligros y necesidades seguros de ser benignamente escuchados. Vois sois la Madre de la Divina Gracia, conservad puras nuestras almas; sois la Torre poderosa de David, defended el honor y la libertad de nuestra Nación;sois el refugio de los pecadores, tronchad las cadenas de los esclavos del error y del vicio; sois el consuelo de los afligidos, socorred a las viudas, a los huérfanos y desválidos;sois el auxilio de los cristianos, conservad nuestra fe y proteged a nuestra Iglesia, en especial a sus Obispos, sacerdotes y religiosos.
Desde el trono de vuestra gloria atended a nuestras suplicas, ¡oh Madre del Carmelo! Abrid vuestro manto y cubrid con él a ésta República Os pedimos el acierto de Chile, de cuya bandera Vois sois la estrella luminosa.
Os pedimos el acierto para los magistrados, legisladores y jueces;la paz y piedad para los matrimonios y familias; el santo temor de Dios para los maestros;la inocencia de los niños; y para la juventud, una cristiana educación.
Apartad de nuestras ciudades los terremotos, incendios y epidemias;
alejad de nuestros mares las tormentas, y dad la abundancia a nuestros campos y montañas.
Sed Vos el escudo de nuestros guerreros, el faro de nuestros marinos y el amparo de los ausentes y viajeros.
Sed el remedio de los enfermos, la fortaleza de las almas atribuladas, la protectora especial de los moribundos y la redentora de las almas del Purgatorio.
¡Oídnos, pues, Reina y Madre Clementísima!
y haced que viviendo unidos en la misma fe y la práctica de un mismo amor al Corazón Divino de Jesús, podamos ser trasladados de ésta patria terrenal a la patria inmortal del cielo, en que os alabaremos y bendeciremos por los siglos de los siglos.

Amén.

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