En primer lugar, el Estado se propende a crear nuevas instancias educativas, las cuales deberían elevar el nivel cultural de la población, escasamente desarrollado durante la Colonia. En segundo lugar, se propicia la llegada a Chile de una élite intelectual extranjera, que en buena medida sería la base de las instancias educativas que el gobierno implementaba. En tercer lugar, es relevante la influencia del pensamiento liberal y del movimiento intelectual de 1842.
En este periódo se organiza el sistema educativo nacional, desde la escuela primaria a la Universidad, pasando por las escuelas normales, profesionales y los liceos. Destacan la fundación de la: Universidad de Chile en 1842, bajo el influjo del venezolano Andrés Bello; la Escuela Normal de Preceptores (1842), la Escuela de Bellas Artes, de Arquitectura y de Artes y Oficios (1849).
Se fundan las primeras instituciones científicas como el Observatorio Astronómico y el Museo de Historia Natural y las Academias de Pintura, Escultura y de Música.
Al mismo tiempo, se promueven las primeras formas de investigación científica sobre el territorio, sobre la historia y la cultura chilena.
Entre los literatos y científicos que llegan de Europa contratados por el gobierno chileno destacan: Lorenzo Sazié, médico francés, fue el primer decano de la Facultad de Medicina; Mauricio Rugendas, dibujante y pintor alemán; Ignacio Domeyko, naturalista polaco, explorador de la zona norte del país, y segundo rector de la Universidad de Chile; Raymond Monvoisin, pintor francés, quien se dedicará a retratar a las figuras importantes de su época; Alejandro Cicarelli, contratado para dirigir la Academia de Pintura: Claudio Gay, naturalista francés, incansable explorador de nuestro país.
Desde Argentina llegarían, por razones de persecusión política, un destacado grupo de intelectuales, entre los que se cuentan: Domingo Faustino Sarmiento, Bartolomé Mitre, Vicente Fidel López, Juan Bautista Alberdi, quienes se dedicarían a la actividad educativa, periodística o historiográfica.
Entre los principales representantes del "movimiento intelectual de 1842" destacan: Eusebio Lillo, poeta y autor de nuestro Himno Nacional, José Joaquín Vallejos, autor costumbrista que en punzantes crónicas utilizaba el seudónimo de Jotabeche, José Victorino Lastarria, literato, historiador y abogado, Diego Barros Arana, Miguel Luis Amunategui y Benjamín Vicuña Mackena, se dedican a la investigación histórica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario