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martes, 30 de septiembre de 2008

GOBIERNO DEL ALMIRANTE DON JORGE MONTT ALVAREZ ( 1891 - 1896 )


Se convocaron a elecciones parlamentarias, municipales y presidenciales para el 18 de octubre de 1891.

El gobierno dirigido por el ministro del interior Manuel José Irarrazaval (conservador) proclamó que se cumpliría con la libertad electoral, bandera de lucha de los opositores a Balmaceda.

Montt fue elegido candidato presidencial por una convención liberal-radical, siendo también apoyado por los conservadores, pues él no pertenecía a ningún partido político. Venció con la unanimidad de los 255 electores.

La cámara baja tendría la siguiente distribución:

  • Conservadores: 39
  • Nacionales: 9
  • Liberales: 26
  • Radicales: 20

Los conservadores, que durante el gobierno de Balmaceda tuvieron una representación casi nula, obtuvieron 39 representantes, lo que causó molestia entre ciertos grupos liberales. Esto seria el primer quiebre en la “unión sagrada” basada en la oposición a Balmaceda y el deseo de implementar el parlamentarismo..

Al no tener ninguno de los partidos una mayoría aplastante y por el deseo de mantener la “unión sagrada” cohesionada, Montt realizó su primer gabinete con miembros de todos los partidos. El primero de ellos estuvo encabezado por Ramón Barros Luco, que se mantuvo 4 meses en el poder.


Se iniciaba la rotativa ministerial, causada por las facultades que poseía el parlamento para destruir ministerios que no tuvieran la confianza de ambas cámaras (en los parlamentarismos normales, es una sola la cámara que fiscaliza) y la presión que se le hace al presidente con la amenaza de no aprobar la ley de presupuestos, sin la cual el país no podía funcionar.

La unión sagrada se rompió en abril de 1894, los radicales y los liberales terminaron su alianza con los conservadores y como detentaban la mayoría en el parlamento, hicieron caer al ministerio (el cuarto, dirigido por Pedro Montt) para remplazarlo con uno que correspondiera a la mayoría parlamentaria, en donde solo cupieran liberales y radicales, dirigido por Enrique Mac Iver.

Pero una reconciliación del grupo liberal-radical con los nacionales hizo necesario un nuevo cambio de gabinete para darle una cartera a estos últimos, dirigido por Barros Luco (por tercera vez ministro del interior en este gobierno).

Les siguió otra separación de los nacionales (ministerio Recabarren), que retornaron para el último ministerio (el octavo, dirigido por Osvaldo Rengifo).

En promedio, la duración de sus ministerios fue inferior a los ocho meses, tiempo en que ningún gabinete puede establecer un verdadero plan de gobierno; se iniciaba la atrofia del sistema parlamentario chileno.

Destacable es decir que el balmacedismo derrotado en la guerra civil se reorganizó como el partido Liberal Democrático, y en virtud de la libertad electoral, obtuvieron veinte diputados y seis senadores.

Lo irónico es que este partido seria uno de los más apegados al juego parlamentario y su jefe, Juan Luis Sanfuentes, sería el rey de hacer y deshacer gabinetes.



Al desperdiciarse las energías de los gobernantes en luchas políticas estériles (los gabinetes tenían como primera ocupación mantenerse a flote en la vorágine política), la labor del gobierno fue muy mermada si se compara con las realizaciones de los presidentes portalíanos.

Mas, se realizaron ciertas cosas de importancia, como la creación del consejo de defensa fiscal, el término de las obras del dique de Talcahuano, el retorno al régimen de moneda metálica, la ley de comuna autónoma y la amnistía a los balmacedistas que cometieron crímenes durante la guerra civil.

Sin embargo, esto era insuficiente para los cambios que se realizaban en el país, el creciente proceso de urbanización y la incipiente cuestión social sobre los abusos a los trabajadores

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